Los signos de puntuación
Los signos de puntuación delimitan las
frases y los párrafos y establecen la jerarquía sintáctica de las
proposiciones, consiguiendo así estructurar el texto, ordenar las ideas y
jerarquizarlas en principales y secundarias, y eliminar ambigüedades.
Por eso requieren un empleo muy preciso;
si se ponen en el lugar equivocado, las palabras y las frases dejan de decir lo
que el autor quería decir.
La puntuación varía según el estilo de
escritura; sin embargo, las diferencias de estilo que se puedan presentar no
eximen a nadie de cumplir con ciertas normas mínimas y de evitar errores
generalmente considerados como inaceptables. De ahí la importancia de conocer y
aplicar las normas básicas de la puntuación.
No obstante, hay que advertir que más allá
de cualquier norma establecida, los signos de puntuación componen también la
arquitectura del pensamiento escrito. En este sentido, y tal y como sucede en
poesía desde hace más de un siglo, no existen normas exactas para reglamentar el
correcto uso de los signos en las partituras, tanto narrativas como poéticas.
En términos de principios y parámetros, los signos de puntuación entrarían a
formar parte de los parámetros del lenguaje, y en consecuencia se sitúan en un
proceso de constante evolución y son variables que pueden depender de otros
factores.
Si la finalidad última es la comunicación,
podría resultar paradójico encontrarnos con licencias ortográficas que no
respetan el modo convencional de escritura y que, sin embargo, expresan a la
perfección los conceptos y los ritmos internos, invisibles de otra manera. Como
ejemplo de variable «en el extremo» se situarían los cambios en las formas de
escritura que están imponiendo los nuevos medios de comunicación, chat, blog,
SMS... que más que atacar a las viejas estructuras del lenguaje realizan de él
un uso específico, adecuado a la velocidad y otras características del medio en
cuestión; aun cuando lo correcto es respetar el uso de los signos de puntuación
y evitar la degradación de la lengua castellana por modismos y anglicismos
El punto (.)
es el signo de puntuación que se coloca al
final de los enunciados y las oraciones gramaticales en el español, además en
la mayoría de los lenguajes con el alfabeto latino. Se escriben sin dejar
espacio de separación con el carácter que precede, pero dejando un espacio con
el carácter que sigue a continuación, a no ser que dicho carácter sea de
cierre. Existen tres clases de punto: el punto y seguido, el punto y aparte y
el punto final.
Punto y seguido.
Separa enunciados dentro de un párrafo.
Quiere decir que se continúa escribiendo a continuación del punto; la primera
letra escrita en este caso irá en mayúscula. Por ejemplo: «Historia de España.
El descubrimiento de América». Se denomina punto y seguido, nombre más lógico y
recomendable que el también usual de punto seguido.
Punto y aparte.
Separa dos párrafos de contenido diferente
dentro del texto. A continuación hay que comenzar a escribir en línea distinta.
Para seguir las normas se debe colocar sangría a la primera línea de texto del
nuevo párrafo. Se denomina punto y aparte, aunque en algunas zonas de América
se dice punto aparte.
Punto final.
Siempre se coloca al final, cerrando un texto
o enunciado. No es correcta la denominación punto y final, creada por analogía
de las correctas punto y seguido y
punto y aparte.
También se usa el punto para indicar que
la palabra anterior es una abreviatura. En este caso se escribe la abreviatura
seguida del punto y se continúa escribiendo de forma usual. Esta última clase
de punto no se aplica en determinadas abreviaturas como puntos cardinales,
acrónimos o medidas, que se consideran símbolos.
La coma
La coma (,) es un signo de puntuación que
señala una breve pausa dentro del enunciado. Se emplea para separar los
miembros análogos de una enumeración o serie, ya sean palabras o frases, salvo
los que vengan precedidos por alguna de las conjunciones y, e, o, u o ni. Por
ejemplo:
—María volvió a casa, hizo los deberes,
cenó y se fue a la cama. —Mi casa tiene muebles, mesas y cuatro camas.
Hay tendencias que admiten su uso para
separar dos miembros independientes de una oración, haya o no conjunción entre
ellos, siempre y cuando sean realmente independientes; pues, si no, estaríamos
en el caso anterior:
—Los soldados saludaban, la gente aplaudía
y los niños no paraban de cantar.
También se utiliza para delimitar o aislar
una aclaración o inciso (palabras u oraciones incidentales):
—Nacho, mi primo, acaba de conseguir su
primer empleo.
Las locuciones conjuntivas o adverbiales,
sea cual sea su posición, van precedidas y seguidas de coma, tales como: en
efecto, es decir, en fin, por consiguiente.
Indicar que una o varias palabras han sido
suprimidas por razones gramaticales.
Dos puntos
Este signo de puntuación (:) representa
una pausa mayor que la de la coma y menor que la del punto. Detiene el discurso
para llamar la atención sobre lo que sigue, que siempre está en estrecha
relación con el texto precedente.3 Un uso importante y frecuente de este signo
es introducir citas textuales (uso que a veces se le atribuye incorrectamente a
la coma).
El punto y coma
El punto y coma (;) es un signo de
puntuación; gramaticalmente, se utiliza para unir dos oraciones relacionadas en
una sola frase (yuxtaposición):
—María estaba apenada por el examen. +
María tendrá que estudiar más. = María estaba apenada por el examen; tendrá que
estudiar más. —Está lloviendo mucho. + No podremos ir caminando. = Está
lloviendo mucho; no podremos ir caminando.
Generalmente se puede sustituir por
construcciones del tipo:
—María estaba apenada por el examen y
tendrá que estudiar más. —No podremos ir caminando porque está lloviendo mucho.
También sirve para separar los elementos
de una enumeración cuando se trata de expresiones que incluyen comas:
—Había que estar en contacto con la
naturaleza; dejar entrar el cielo, el mar y el viento; dormir sobre tablones,
sobre el suelo; sentarse en sillas medio rotas.
Además, se usa delante de las conjunciones
o locuciones como pero, más, aunque, sin embargo, por tanto y por consiguiente
cuando los períodos tienen cierta longitud:
—Creemos en la creatividad y la ruptura de
los opresores cánones antiguos como medio de vida; no obstante, somos
conscientes de que es necesario mantener un mínimo de tradición en nuestros
trabajos.
Las comillas
Las comillas (« », “ ”, ‘ ’) son signos de
puntuación que se ponen al principio y al final de las frases, palabras
escritas como citas, ejemplos, de aquellas que se quiere destacar, ya sea por
importancia que le dé el autor o por su carácter irónico, vulgar o extranjero e
impropio de la lengua que se está usando. A pesar de que está verdaderamente
extendido el uso de las comillas inglesas (“ ”) es preferible emplear antes las
angulares o españolas (« ») y reservar aquéllas, y finalmente las simples (‘
’), para cuando deban entrecomillarse partes de un texto ya entrecomillado. Se
utilizan, por ejemplo:
Para citar textualmente algo: p. ej., «Me dijo
que “supuestamente llegaría hoy”». Para señalar palabras usadas en un sentido
distinto del normal, con el fin de indicar que se han seleccionado
intencionalmente y no por error.
Para indicar la intención irónica o sarcástica
del empleo de una palabra.
Para indicar algo sobre una palabra o
expresión.
Para presentar el significado de una
palabra o expresión.
Para destacar que una palabra o expresión
es extranjera, se trata de un apodo o de un seudónimo.
En español se utilizan tres tipos de
comillas:
Comillas castellanas, latinas, españolas,
angulares dobles o guillemot (« »).
Comillas dobles o inglesas (“ ”).
Comillas simples (‘ ’).
Asimismo, se distingue entre comillas de
apertura («, “, ‘) y comillas de cierre (», ”, ’).
Cada uno de estos signos tiene su propio
uso. Como norma general, como primera opción se utilizan las comillas
angulares. Si dentro de lo ya entrecomillado apareciera una segunda cita, se
utilizarían otras comillas, siendo preferibles las inglesas, para dejar como
recurso final las simples. Lo más frecuente es entrecomillar, desde fuera hacia
dentro, en el orden siguiente: «...“...‘...’...”...»
Las comillas simples se utilizan para
marcar ejemplos en casos en que no resulta apropiado el uso de la cursiva.
También se prefiere su uso para presentar el significado de una palabra:
«—El autor dijo: “Las comillas ('signos de
puntuación utilizados para demarcar niveles distintos en una oración') se usan
profusamente en mi obra”.»
Dice la norma que los signos de puntuación
de una oración que contiene un texto entrecomillado deben colocarse después de
las comillas de cierre, excepto cuando ese texto no pertenezca a ninguna otra
oración, es decir, cuando la frase u oración entrecomillada sea individual.
En español no se deja espacio alguno entre
las comillas y su contenido. Cada idioma tiene sus propias normas de aplicación
de las comillas.
Los paréntesis.
Los paréntesis (en singular paréntesis)
son signos de puntuación. Se usan en pares para separar o intercalar un texto
dentro de otro o para hacer una aclaración. Los distintos tipos son:
Los
paréntesis propiamente dichos ( ).
Los
corchetes [ ].
Las
llaves '{ }'.
Para distinguir ambos paréntesis se usa
decir:
Paréntesis que abre o paréntesis izquierdo
al símbolo (.
Paréntesis que cierra o paréntesis derecho
al símbolo ).
Igual que las comillas, cuando se han de
emplear varias veces en un mismo fragmento se utilizan de la siguiente manera:
(...[...{...}...]...)
Signos de interrogación
.El signo de interrogación (¿?) es un
signo de puntuación que denota una pregunta. Su origen se encuentra en el
latín. La palabra «cuestión» viene del latín questio, o 'pregunta', abreviado
como «Qo». Esta abreviación se transformó en el signo de interrogación.
En la mayoría de los idiomas se utiliza un
único signo de interrogación al final de la frase interrogativa: How old are
you? (inglés; en español «¿Cuántos años tienes?»). Este fue el uso habitual
también en español, hasta mucho después de que la segunda edición de la
Ortografía de la Real Academia, en 1754, declarase preceptivo iniciar las
preguntas con el signo de apertura de interrogación invertido (¿), y
terminarlas con el signo de interrogación ya existente (?) («¿Cuántos años
tienes?») al tiempo que se ordenaba lo mismo para los signos de exclamación (¡)
y (!). La adopción fue lenta, y se encuentran libros, incluso del siglo XIX,
que no utilizan tales signos de apertura. Finalmente se generalizó, seguramente
debido a que la sintaxis del español no ayuda en muchos casos a deducir en qué
momento se inicia la frase interrogativa, como pasa en otros idiomas.
Una variante que no llegó a generalizarse
fue la de utilizar la apertura sólo cuando el enunciado fuera largo, o con
riesgo de ambigüedad, pero no para las frases breves y claramente interrogativas,
como «Quién vive?». La influencia del inglés está haciendo retornar este viejo
criterio. Incluso es común que en las salas de chat o conversaciones en línea
en español se use solamente el signo (?) para preguntar, ya que ahorra tiempo
al momento de presionar las teclas. Esto podría no tener gran importancia
debido a que se está utilizando en conversaciones informales.
Signos de exclamación
Debe escribirse siempre uno para abrir (¡)
y otro para cerrar (!), independientemente de la longitud de la frase, oración
o fragmento que encierren. Se utilizan para señalar el carácter exclamativo de
una oración. Se escriben para empezar y finalizar una oración exclamativa,
exhortativa o imperativa. También van entre signos de exclamación las
interjecciones:
—¡Siéntate!
—¡Qué linda eres!
—¡Cuidado con el perro!
Puntos suspensivos
Los puntos suspensivos (…) son tres puntos
sin espacios entre ellos, son un único signo de puntuación que se utiliza al
final de una palabra, frase u oración en lugar del punto u otro signo. Se
utilizan para dejar en duda, continuación o en suspenso una acción y son
alineados horizontalmente al nivel de la línea base de escritura.
Guion
La raya (—), que no debe confundirse con
el guion bajo (_) —especialmente en contextos informáticos— ni con el guion (-)
—el cual es más corto— ya que tienen usos y significados muy diferentes, se usa
para introducir un inciso dentro de un período más extenso y para señalar en
los diálogos la intervención de cada locutor y los comentarios e incisos del
narrador. Se escriben dos, una para abrir y otra para cerrar, excepto cuando el
diálogo no prosigue, que es recomendable suprimir la última y sustituirla por
el obligatorio punto; además, se escriben separadas del resto de la frase con
un espacio, y pegadas al propio inciso. En el caso de los incisos puede
sustituir a la coma para mayor aislamiento de los mismos, y también a los
paréntesis, pero para expresar uno menor.4
Usos de la raya:
Para encerrar los elementos intercalados,
en lugar de comas:
Las prendas del espíritu joven —el entusiasmo y la esperanza—
corresponden, en las armonías de la historia y la naturaleza, al movimiento y a
la luz.
Para lograr una buena imagen —que impacte— cuida tus modales.
No iré sino mañana —dijo el niño.
En los diálogos de estilo directo, para separar el discurso de cada
personaje:
—Luis, la primera impresión en una entrevista es definitiva.
—Lo sé y me estoy preparando.
—Te deseo mucho éxito.
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